lunes, 4 de octubre de 2010

La ética y la organización de la neurociencia educacional (6)

La importancia y las promesas de este nuevo campo no constituyen una razón para eludir la cuestiones éticas fundamentales que surgen: ¿Para qué propósitos y para quiénes? Ya es importante repensar el uso y posible abuso de la técnica de imagenología del cerebro. ¿Cómo asegurar, por ejemplo, que la información médica conseguida se mantenga confidencial y no sea filtrada a organizaciones comerciales o ciertamente a instituciones educacionales? Mientras más exactamente permita la técnica de imagenología del cerebro la identificación de aspectos específicos, antes “escondidos” de las personas, más se necesitará conocer cómo debería ser usado esto en educación. El uso de productos que afectan al cerebro: El límite entre el uso médico y el no médico no está siempre claro y surgen cuestiones, especialmente acerca de personas sanas que consumen sustancias que afectan al cerebro. ¿Deberían los padres, por ejemplo, tener el derecho de dar a sus niños sustancias que estimularan su rendimiento escolar con los riesgos inherentes y paralelos al dopaje en el deporte? El cerebro encuentra la máquina: Constantemente se están logrando avances en la combinación de órganos vivos con la tecnología. Las ventajas de tales desarrollos son obvias para aquellos que tienen discapacidades, quienes de esta manera son capacitados, por así decir, para controlar las máquinas desde la distancia. Que la misma tecnología pudiera ser aplicada para controlar el comportamiento de las personas hace surgir preocupaciones profundas. ¿Un enfoque revestido científicamente para la educación? Las neurociencias pueden dar una información importante para la educación, pero si, digamos, se fuera a identificar a los profesores al verificar su impacto sobre el cerebro de los estudiantes, éste sería un escenario enteramente diferente. Es uno donde se corre el riesgo de crear un sistema educacional excesivamente científico y altamente conformista. Aunque la neurociencia educacional está aún en sus primeros días, se desarrollará estratégicamente si es transdisciplinaria, sirviendo a las comunidades científicas y educacionales, con alcance internacional. Crear un léxico común es un paso crítico; otro es establecer una metodología compartida. Debiera establecerse una relación recíproca entre la práctica educacional y la investigación acerca del aprendizaje, la cual es análoga a la relación entre la medicina y la biología, cocreando y manteniendo un flujo continuo, bidireccional que apoye la práctica educacional informada. (6) OECD (2010). La comprensión del cerebro. El nacimiento de una nueva ciencia del aprendizaje, Universidad Católica Cardenal Raúl Silva Henriquez, Chile.