lunes, 1 de septiembre de 2025

Un refrigerio que no alimenta: la deuda con la niñez escolar

Lo que se ve en la foto fue el refrigerio de hoy para los niños y las niñas de Medellín. 



En nuestras instituciones educativas, el refrigerio escolar no debería ser solo una ración para calmar el hambre. Debería ser, además, una oportunidad para educar en hábitos saludables, acompañar el desarrollo físico y cognitivo de los estudiantes y garantizar su derecho a una alimentación balanceada. Sin embargo, la realidad dista mucho de ese ideal.

Un ejemplo claro es el refrigerio compuesto por un sándwich de jamón y queso acompañado de una bebida láctea de avena. A primera vista, puede parecer una combinación suficiente: contiene proteína, carbohidratos y un líquido para acompañar. Pero un vistazo a las tablas nutricionales revela otra historia: más de 660 calorías, 1.300 mg de sodio, 12,6 g de grasas saturadas y 21 g de azúcares en una sola porción.

¿Qué significa esto para niños y niñas? Que, en apenas un refrigerio, están consumiendo más de la mitad del sodio recomendado para todo un día, más de la mitad de las grasas saturadas aconsejadas y casi la totalidad de la cuota diaria de azúcares añadidos que la OMS sugiere no sobrepasar. Todo esto sin un solo aporte de fruta fresca, sin verduras y con mínima fibra.

Este tipo de alimentación no solo no nutre de forma adecuada, sino que además refuerza patrones de consumo poco saludables, propios de la comida ultraprocesada: exceso de sodio, azúcares y grasas de mala calidad. A mediano y largo plazo, esta práctica favorece la aparición de sobrepeso, hipertensión, alteraciones metabólicas y una relación deficiente con la comida.

El problema no es un refrigerio aislado, sino la lógica que lo sostiene: garantizar calorías baratas antes que nutrientes de calidad. En un contexto donde la política pública habla de inclusión y bienestar, se hace urgente revisar estos programas. Alimentar a los niños y niñas no puede limitarse a “llenarlos”, sino a darles lo que necesitan para crecer, aprender y soñar.